lunes, 17 de diciembre de 2012

ESTETICA PARA EL ALMA

¡Cuánto interés por mantener y mejorar la belleza física! cuantas visitas a gimnasios, clínicas de estéticas. Cuánta preocupación por dietas para  tener un peso ideal o afán  por repletarnos de vitaminas,  suplementos nutricionales y  todo lo que creemos que pueda aportar vitalidad  y bienestar, todo ello  está  bien,  cuidar nuestro cuerpo, a fin de cuentas, es lo que exponemos a primera vista y es el cofre en donde guardamos  nuestra alma,   pero seria bueno recordar  que cuando nos toque partir de este mundo hacia otra dimensión abandonaremos  ese cuerpo que tanto insistimos en embellecer, sin embargo la otra belleza, la interior es eterna y el tiempo ni la arruga ni la  deteriora.
Deberíamos darle un énfasis especial a cuidar y embellecer nuestro interior y para ello podríamos tomar en cuenta lo siguiente: primeramente no vayas a dormir y esperar el nuevo día sin haber perdonado o pedir perdón cualquiera que sea el caso, para poder conciliar el sueno tranquila y plácidamente, el perdón tiene cualidades sanadoras inmensas. El perdón es el mejor limpiador para el alma.
El mejor hidratante es la Fe, un alma sin Fe se reseca, se marchita. La fe provee la confianza para creer que Dios guía tu vida y te ilumina  el camino.
La mejor vitamina  para el alma es la oración, esa oración dicha desde el corazón no recitada automáticamente, te permite comunicarte con tu Ángel de la guarda, quien servirá de mensajero a la Luz de tus intenciones,
El mejor  nutriente para nuestra alma es el amor incondicional, ese amor que deja de buscar el bienestar individual y se orienta a hacerle el bien a otros, hacia la generosidad, hacia el desapego y despeja  todo lo que obstaculiza la espiritualidad.
Cuan importante es afanarnos por valorar nuestro interior e incrementar su estética, las personas que tienen un alma especialmente bella reflejan  un encanto,  un brillo  único que trasciende hacia el exterior, esa belleza  emana desde el corazón donde viven los sentimientos y se proyecta  en la  mirada y en la  sonrisa que son ventanas del alma, esa maravillosa belleza  no se puede comprar ni buscar desde afuera ni viene envasada en frascos,  somos nosotros quienes tenemos los ingredientes y la fórmula para ese tratamiento estético único y esplendoroso.
El mayor beneficio de cuidar y proteger nuestra alma son las inmensas bendiciones que se evidencian en  una  inmensa paz que a su vez es fuente de la más perdurable y profunda felicidad.
En un mundo lleno de tentaciones, de  frivolidades materialismos y apegos de ego  hay que ser firmes y coherentes con nuestra evolución espiritual  sin descuidar las necesidades y la salud de nuestro cuerpo darle el cuidado y la atención a  nuestro ser interior  procurando proporcionarle todo lo que realce  su belleza  y de esta manera habremos podido  dignificar y honrar nuestra naturaleza humana  con su chispa divina.
Namasté
Por Jossie del Valle

2 comentarios:

Montse dijo...

Es lo más hermoso y satisfactorio...cuidar nuestra Alma, ya que no solo nos brinda a nosotros sino a todo el entorno, se amplia, llega y nos toca de vuelta, al emitir se expande,
un abrazo fuerte Alma,

Unknown dijo...

Efectivamente, debemos alimentar nuestra alma con esos excelentes alimentos que se citan en este artículo, como la fe, la oración, la esperanza, la meditación, etc., de lo contrario nuestra alma se va marchitando y acaba secándose.

No entiendo por que nos cuesta tanto aceptar que debemos alimentar y cuidar de nuestra alma de la misma forma que lo hacemos con nuestro cuerpo físico. El símil es realmente ajustado a la realidad, y creo que además los máximos beneficiados somos, en primer lugar, nosotros mismos, y después las personas que están a nuestro alrededor.

Alimentemos el alma y ella nos alimentará a nosotros.

Saludos a todos,

Christian
Orden Rosacruz