Atributo: Justicia divina.
Planeta:
Urano.
Coro
Angélico: Querubines.
Sefiráh:
Jojmá.
Horario
de regencia: de 7 a 7:20 horas.
Se lo invoca para:
·
La
de nuestra fama y fortuna.
Proteger
los
.
·
Ayudarnos en los estudios que
cursamos.
·
Descubrir la vocación y nuevos
caminos.
Cita bíblica:
El Señor
es quien te cuida,
el Señor es tu protectora.
el Señor es tu protectora.
Salmo
121:5
Los nacidos bajo su
regencia:
El
que nace bajo su regencia tiene un espíritu marcado por el principio del
cambio, porque sabe que nada es permanente y por esto no puede desperdiciar
ningún momento en la
. Es original y exótico en el pensar y el actuar. Muchas veces es considerado
como un loco o un supersticioso. Tiene ideas filantrópicas, es generoso y
detesta el sufrimiento humano. Estará siempre trabajando por el bien común.
Tendrá necesidad de viajar y conocer otros países misteriosos. Es un médium de
excelente grado de paranormalidad. Será buscado por personas que, creyendo en
sus fuerzas, buscarán contención en sus predicciones o presentimientos. Será
compasivo, diplomático, con gran habilidad para captar el pensamiento de las
personas con las cuales convive. Estará siempre distribuyendo alegría.
EYAEL: ‘EL PACTO
DEL FUEGO y EL AGUA’
40
años de adversidad habían sido suficientes para arrasar y empobrecer la región
que un
gozo de una gran riqueza y prosperidad.
Nadie hubiese dicho, tras contemplar tan desolador paisaje, que Lujup había
sido tierra de reyes y de poder.
Lo
único que parecía conservarse aun intacto y que había sobrevivido
milagrosamente a aquellos desconsoladores años, era una alta torre donde se
decía habitaban los Doce Ancianos,
sabios cuya misión era mantener el
equilibrio en el Universo.
Sin
embargo, su labor había fracasado, Lujup difícilmente podía ser una tierra
donde se respirase armonía y paz.
lo contrario, había sido durante
40 años, el escenario donde un gran pueblo que un día fue uno, se había
dividido, pero no sin antes destruir con guerras tras guerras todo cuanto
habían creado y amado.
Todo
comenzó un día en el que el príncipe Hesed decidió buscar una
. Pero aquel deseo que no presentaba ningún contratiempo para sus padres, si lo
sería muy pronto, puesto que el príncipe
que no estaba dispuesto a desposarse
como la costumbre establecía. No amaba a Yesod, la princesa con la que debía
unirse, pues así lo acordaban los lazos reales.
-
Yo amo a la princesa Netzah. Sé que es más joven pero mi corazón le pertenece a
ella -suplicaba el apuesto príncipe a su padre -.
-
Pero hijo mío, sabes muy bien que si te desposas con la princesa Netzah y
rechazas a Yesod, estarás violando los acuerdos.
-
Si no es con la
Netzah, no me desposo -dijo
definitivamente el príncipe Hesed -.
Su
padre conocía muy bien a su hijo y sabía que nada ni nadie le haría cambiar de
manera de pensar, y armado de valor expuso en el gran consejo la decisión del
príncipe.
Ya
os podéis imaginar lo que ocurrió. El padre de la princesa Yesod se sintió
humillado y pidió la guerra. Nada pudo evitar que desde entonces Lujup se
dividiera en dos reinos.
40
años de luchas no habían sido suficientes para poner fin a las disputas que
mantenían el reino del Fuego y el reino del
.
Unos
tenían el poder de crear la semilla dadora de vida, sin embargo, el reino de
Fuego no lograba hacer crecer esa semilla si le faltaba el Agua, cuyo poder era
el de fecundar. Se necesitaban los unos a los otros, pero ninguno de los dos
estaban dispuestos a renunciar.
Cierto
día, un errante viajero llamo a las puertas del Santuario donde habitaban los
Doce Ancianos, y tras dar su nombre las puertas se abrieron.
Todos
quedaron muy sorprendidos, pues a nadie le estaba permitido entrar en el
Templo.
Durante
tres días y tres noches estuvo el extranjero hablando con los Ancianos, y al
llegar al cuarto, pidió reunirse con el rey de las tierras de Fuego y con el
rey de las tierras de Agua.
Dijo
llamarse Eyael y ser un sabio Astrologo que un día hablando con las estrellas
recibió la misión de dirigir sus pasos hasta aquellas tierras con el propósito
de devolverle su don.
-
Que vuestros hijos se unan por amor -dijo a albos reyes -.Que el Fuego se
acomode en el Agua y que esta le dé su bendición.
Y
cuando así lo hicieron, ambos reinos se fundieron en uno y recuperaron su don:
el Poder Creador Fecundador.
La
vida floreció y creció. Todo se multiplicaba con alegría. Lujup volvió a ser
aquella tierra donde todos experimentarían de nuevo el poder de la riqueza, de
la prosperidad y sobre todo de la sabiduría.
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