Coro: Serafines, Angeles al servicio de
Kether-Voluntad.
Lo que otorga:
· Fecundidad.
· Restablecimiento de la paz entre esposos. Fidelidad conyugal.
· Fidelidad a lo superior, a los gobernantes y reyes.
· Calma las sediciones populares.
· Abandono del celibato.
Leccion: Utilizar el pensamiento para superar
situaciones emocionales que dominan. Vencer los apegos y vicios materiales.
Nombre en latín: Deux Auxiliator
Significado: La ayuda de Dios
Atributo: Dios que socorre.
Planeta Neptuno.
Sefiráh: Keter.
Horario de regencia: de 0:20 a 0:40 horas.
Se lo invoca para:
· Obtener victoria contra quienes nos atacan injustamente.
· Calma revueltas populares y alinea el comportamiento de los gobernantes.
· Restablece la paz entre los esposos y la fidelidad conyugal.
· Restablece la armonía entre empleados empleadores.
Cita bíblica:
Libra mi vida de la espada,
mi preciosa vida del poder de esos perros.
Salmo 22:20
mi preciosa vida del poder de esos perros.
Salmo 22:20
Los nacidos bajo su regencia:
Gusta de de hacer todo de forma rápida y cuando es
pequeño generalmente no tiene paciencia para oír a los profesores porque le
parece que las informaciones ya están en su mente. Tiene desde pequeño
intuición para ver lo que es correcto y lo que es errado. En su interior,
también desde pequeño, sabe que no está en la tierra porque si. Y sabe que su
familia es Kármica, sintiendo por esto cierta obligación en ayudarlos.
Extremadamente amoroso, exalta la verdad y el amor fraterno universal. Sus
emociones superiores son tan fuertes que a través de estas entra en contacto
con su Ángel de regencia. Nunca se deja influenciar negativamente y tiene
sobriedad para dominar cualquier tipo de situación. Es portador de paz, donde
existe un conflicto, defiende la verdad y detesta la violencia. Adora los
animales, ama las flores y a toda la naturaleza. Las personas lo consideran
como mágico, gracias al buen humor con el cual resuelve todas las situaciones.
Es un poco vanidoso y le gusta andar siempre a la moda.
Si dos personas están enfrentadas porque ambas
creen tener razón y no pueden aceptar la parte de verdad que hay en el otro, el
serafín JELIEL las acerca, “obligándolas” a dejar atrás la tozudez. Este
serafín ayuda especialmente a mantener la armonía conyugal y es quien lleva la
paz donde hay conflicto, la verdad donde hay error y amor universal para
superar prejuicios de todo tipo.
Jeliel: “La Nueva Esencia”
En el Gran Libro de los Misterios, donde se recoge
fielmente el paso de los tiempos, está escrito en letras de oro una hermosa
leyenda que sucedió hace ya muchos, muchos años, tantos que su recuerdo se
funde en el acontecer de los días. Dejad que os cuente lo que mis ojos pudieron
leer afortunadamente en ese Manuscrito Sagrado…
Sucedía entonces el segundo día Cósmico, y los
obreros trabajaban infatigables en la construcción de un majestuoso templo. Debían
darse prisa, pues era voluntad del rey, el Supremo Kether, que su hijo Jeliel,
el más diestro y hábil de los guerreros, se desposara, en la magia del secreto,
con la adorable Hochmah, princesa de la Luz.
Y así seria, pues al cabo de dos lunas, Jeliel y
Hochmah se desposaron sellando su unión con un ritual mágico inspirado por los
Dioses en la emancion de una nueva esencia llamada Amor.
Kether, el viejo y noble soberano, dejo feliz su
reino en manos de su hijo, y busco la paz de sus últimos días en el cobijo de
la meditación, retirándose en la soledad que le ofrecía el templo. Desde
entonces, seria Jeliel quien gobernaría junto a su hermosa y sabia esposa
Hochmah.
Kehoch, la ciudad oculta, daba cobijo a un pueblo
habitado por almas impetuosas, enérgicas y ardientes, bregados en el arte de
colonizar, y por ello sus hombres eran expertos guías y magníficos aventureros.
Pero los tiempos habían cambiado y tras muchos años
de ir de acá para allá, una parte del pueblo se sintió cansado, y ello les
llevo a solicitar una audiencia con el monarca.
- He sido informado ampliamente por los consejeros
de vuestra voluntad de no querer emprender nuevas aventuras, y no puedo evitar
mostrar mi descontento. Sabéis que aún quedan nuevas tierras por conquistar,
nuevos horizontes sin explorar, y me pedís que renuncie a hacerlo. Como podeis
explicarme esto? -les refirió Jeliel muy enojado-.
- Majestad, durantes aqos hemos trabajado
incansables para vuestro Padre, el Gran Kether, y las fronteras de Kehoch casi
no tienen límites. Vuestro poder gobierna sobre todas las tierras, y sin embargo,
quien las habita?. No tenemos tiempo. Cuando las conquistamos nos vemos
obligados a abandonarlas para conquistar otras nuevas. Sabed que nuestra
voluntad se siente llamada a echar raíces. Hemos sentido una voz interior que
nos habla y nos dice: uniros como vuestro rey y vuestra reina se han unido, y
hacedlo en el templo, bajo la magia del secreto.
Esas fueron las palabras de un pueblo que sentía
que algo importante había cambiado en sus vidas.
- ¡No! no puedo permitir esa locura -grito con ira
Jeliel-.
Pero aquella respuesta llevaba en ella la semilla
de la división, pues su esposa Hochmah se sentía atraída por la misma voz que
hablaba a su pueblo, y el rey no queriendo romper sus compromisos, decidió
abandonarla.
Cuando la noticia fue conocida por los fieles
hombres del reino, no pudieron evitar sentir en su pecho una profunda rabia.
- Debemos evitarlo -grito una exaltada voz.
- Si, debemos hacerlo -acompañaron otros muchos en el mismo tono-.
- Si, debemos hacerlo -acompañaron otros muchos en el mismo tono-.
El palacio se vio asediado por los mismos hombres
que un día lo habían custodiado. El pueblo se había levantado contra la
voluntad y el sometimiento del rey tirano. Sin embargo, Jeliel llevaba sangre
divina en sus venas y su mente recibió un rayo de luz que le hizo comprender
que con su enérgico comportamiento se estaba oponiendo a la Voluntad Divina.
Aquella Luz le hizo evidenciar el poder de la Nueva
Esencia, el Amor. Desde entonces, su voluntad no fue otra que la de compartirlo
con su esposa y su pueblo.
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