“Os
digo más: que si dos de vosotros se unieren entre sí sobre la tierra para pedir
algo, sea lo que fuere, les será otorgado por mi Padre que está en los cielos”
Mateo 18:19
Cada
vez que se emite un pensamiento de bondad, de amor hacia la humanidad, de deseo
de hacer el bien, de oración, sale del emisor una luz brillante que asciende
hacia los planos superiores donde habitan los Ángeles o seres de luz; es decir
la energía que es igual a la luz sube hacia un plano de luz. Allí es recogida
por los Ángeles y con esto substancian situaciones de amor alrededor del
emisor, y si el pensamiento es para producir el bien en una persona o lugar
determinado, se conserva hasta que exista suficiente para producir el “milagro”
o situación que desea el emisor.
Es
de suma importancia tener y mantener pensamientos continuos en el bien, en la
oración y la buena voluntad; ya que son factores decisivos para “materializar”
la petición. Por medio de la oración
grupal se puede formar más rápido el “milagro”, creando ambientes propicios como los que existen dentro de las iglesias,
por medio de la devoción profunda, imágenes sagradas, velas, flores blancas,
incienso y agua bendita.
Si
los pensamientos son elevados y de amor noble, emiten energía vibrante y cuando
son sostenidos adquieren la forma de seres “alados” protectores, dispuestos a
ayudar, guiar y proteger.
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