Atributo: Dios que escucha los pedidos.
Planeta:
Venus.
Coro
Angélico: Virtudes.
Sefiráh:
Netzaj.
Horario
de regencia: de 19 a 19:20 horas.
Se lo
invoca para:
·
Ayudar en todo proceso de curación,
especialmente los problemas de ojos.
·
Sanar la tristeza.
·
Proteger a los que trabajan con
metales.
Los
nacidos bajo su regencia:
Las
personas nacidas bajo su regencia se distinguen por su coraje y franqueza.
Tendrán la protección directa del planeta Venus y atributos positivos de los
signos que lo corresponden: Tauro y Libra. Será considerado una persona lúcida
que decide con claridad de expresión toda las situaciones complicadas y
comprometedoras. Franco y con temperamento amoroso tendrá un gran gusto
por las flores y las pinturas. Es optimista y ama la verdad y la defiende para
que todo se realice en perfecto orden. Dotado de gran afectividad, fuerte
sentido estético, solidez y valoración de los bienes materiales. Acepta bien su
sensualidad actuando con serenidad y tiende a satisfacer su tendencia por todo
tipo de placeres sin reprimirse. Es un poco introvertido pero controla siempre
sus instintos exhibicionistas. Es arriesgado pero no se aparta demasiado de lo
tradicional. Es de espíritu combativo y encuentra en el casamiento la solución
a sus problemas. Su pareja deseará complementarlo para que se sienta fuerte en
las luchas que debe emprender.
Cita
bíblica:
Angustiada
está mi alma;
¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
¿hasta cuándo, Señor, hasta cuándo?
Salmo 6:3
YEIALEL: ‘EL VALLE
DE LOS SUICIDAS’
Si
la tristeza se pudiese medir, ninguna bascula podría con tanto peso, al menos
así se le parecía al desdichado joven que acababa de saltar al vacío de un
profundo abismo con la única intención de poner fin a todas sus penas.
Pero
a veces y aunque queramos burlar nuestro destino, este nos lo pone difícil, y
eso fue precisamente lo que le paso a Yeialel.
El
perturbado joven en su afán de acabar pronto con su vida no se percató de los
ramajes que crecían en los bordes de aquella garganta siniestra, y en la caída
su cuerpo fue frenado por estos, impidiéndole estrellarse en el suelo.
No
obstante el golpe fue no suficientemente duro lo que hizo que perdiera el
conocimiento. Sería entonces, cuando
el
imprudente Yeialel tendría una experiencia inolvidable que vendría a cambiar su
vida para siempre.
Su
cuerpo sin sentido estaba protegido por el follaje de una espesa vegetación,
pero su espíritu ya no se encontraba en su interior.
-
Que extraño era todo aquello? -pensó Yeialel, que miraba con admiración el
lugar donde se encontraba-.
De
repente todo se ilumino y una voz grave anuncio:
-
Atención todos los presentes, el caso de la Suprema Justicia contra Yeialel lo
preside el honorable Juez Mersat.
-
¡Oh Dios!, ¿que estaba ocurriendo? Debo de estar muerto y esto es el Juicio
Final -se dijo Yeialel, asustado -.
-
Levántese el acusado -ordeno imperiosamente una nueva voz, era el Juez Mersat-.
Debe contestar sin titubeos y no intente mentir pues tengo en mi poder un
informe muy completo de su vida que amablemente me han confiado los Señores
Archiveros.
Sin
que el joven se atreviese a abrir la boca, el Juez siguió con su exposición.
-
Contesta, porque has osado acabar con tu vida física?, acaso no sabes que eso
es atentar con el principio de la creación? -le pregunto el Juez -.
-
Era la única solución a mis problemas -contesto quejoso el Joven -.
-
Cobarde!, eres un cobarde. Mira atentamente esta pantalla y veras lo que es
bueno.
Ante
su mirada perpleja, apareció un valle donde reinaba la mas espesa oscuridad, de
él partían gemidos y quejidos de almas afligidas por el dolor.
-
¿Quiénes son? -pregunto Yeialel -
-Son
almas que como tu buscaron solucionar sus problemas poniendo fin a sus vidas,
pero su destino no les exigir retornar a su patria espiritual y ahora vagan en
espera de que ese día llegue, sintiendo el mismo dolor e incluso más que cuando
Vivian.
-
Es horrible -dijo Yeialel cubriéndose el rostro para no ver aquellas escenas -.
-
Bien, veo que has aprendido la lección. Has tenido suerte, pues tu cuerpo no
llego a estrellarse en el abismo. ¡Ay de ti si lo intentas de nuevo!, entonces
ya no tendrás esa suerte y te verás formando parte de ese pelotón de
desdichados.
Yeialel
recobro la conciencia sobresaltado. Habría sido una pesadilla? Pero tuvo la
evidencia de que había algo de verdad en ello.
Aun
le parecía estar oyendo aquellos lamentos. Con esfuerzos y el deseo intenso de
experimentar la vida Yeialel logro salir de allí. Ningún problema por grave que
este fuese le volvería a afligir. Encontraría las soluciones lógicas a los
problemas, y la tristeza ya no sería un peso para él. Había abierto los ojos y
en adelante, sus pensamientos volarían más altos, transcendiendo las realidades
materiales.
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