Estas palabras no son mías: son del Maestro que me enseñó. Sin Él no hubiera podido
hacer nada, pero con Su ayuda he puesto los pies en el Sendero. Vosotros también
deseáis penetrar en este Sendero; y así, las mismas palabras que Él me dijo os
ayudarán si queréis obedecerlas. No basta decir que estas palabras son bellas y
verdaderas; quien desee lograr éxito debe hacer exactamente lo que ellas entrañan.
Mirar la comida y decir que es sabrosa no satisfaría a un hambriento: ha de comerla.
Así pues, no basta escuchar al Maestro: debéis practicar lo que Él aconseja,
atendiendo a cada palabra y fijándoos en cada insinuación. Si no advertís una
indicación, si no atendéis a una palabra, queda perdida para siempre, porque Él no las
repite.
Ir a descargarhacer nada, pero con Su ayuda he puesto los pies en el Sendero. Vosotros también
deseáis penetrar en este Sendero; y así, las mismas palabras que Él me dijo os
ayudarán si queréis obedecerlas. No basta decir que estas palabras son bellas y
verdaderas; quien desee lograr éxito debe hacer exactamente lo que ellas entrañan.
Mirar la comida y decir que es sabrosa no satisfaría a un hambriento: ha de comerla.
Así pues, no basta escuchar al Maestro: debéis practicar lo que Él aconseja,
atendiendo a cada palabra y fijándoos en cada insinuación. Si no advertís una
indicación, si no atendéis a una palabra, queda perdida para siempre, porque Él no las
repite.
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