Habéis pasado un buen día. Pero he ahí
que al final de la tarde se produce un incidente que os inspira tristeza y
desánimo. No os acostéis antes de haber hecho un trabajo interior para
liberaros de este estado. Si no, al día siguiente, cuando os despertéis,
constataréis que todo lo que habíais vivido de bueno el día anterior, se ha borrado
por el incidente que se produjo al final de la tarde, y es esta sensación la
que queda grabada en vosotros. Diréis: «Pero, ¿cómo es posible que ese momento
desagradable haya sido capaz de borrar toda una jornada pasada en armonía y
paz?» Pues sí, justamente, porque nada queda sin consecuencias, y cualquier
preocupación que hayáis experimentado al final de la jornada seguirá viva al
día siguiente si no hacéis nada para neutralizarla.
Cada noche, en el momento de
acostaros, esforzaos por expulsar todo lo que pueda oscurecer vuestra
conciencia. Recurrid a los mejores pensamientos y a los mejores sentimientos
para que os acompañen en este viaje que vais a hacer al otro mundo. Así
eempezaréis el día siguiente sintiéndoos libres y llenos de ánimo.
Omraam Mikhaël Aïvanhov
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