Tienes derecho a los milagros debido a
lo que eres. Recibirás milagros debido a lo que Dios. y ofrecerás milagros
debido a que eres uno con Dios. Una vez más, ¡cuán simple es la salvación! Es
sencillamente una afirmación de tu verdadera Identidad. Esto es lo que
celebraremos hoy.
Tu derecho a los milagros no se basa
en las ilusiones que tienes acerca de ti mismo. No depende de ningún poder
mágico que te hayas adscrito ni de ninguno de los rituales que has ingeniado.
Es inherente a la verdad de lo que eres. Está implícito en lo que Dios, tu
Padre, es. Tu derecho a los milagros quedó establecido en tu creación y está
garantizado por las leyes de Dios.
Hoy reivindicaremos los milagros a los
que tienes derecho, pues te pertenecen. Se te ha prometido total liberación del
mundo que construiste. Se te ha asegurado que el Reino de Dios se encuentra
dentro de ti y que jamás lo puedes perder. No pedimos sino lo que en verdad nos
pertenece. Hoy, sin embargo, nos aseguraremos también de no conformarnos con
menos.
Comienza las sesiones de práctica más
largas de hoy diciéndote a ti mismo con absoluta certeza que tienes derecho a
los milagros. Cierra los ojos y recuerda que estás pidiendo únicamente lo que
por derecho propio te pertenece. Recuérdate también a ti mismo que los milagros
jamás se le quitan a uno para dárselos a otro, y que al reivindicar tus
derechos estás haciendo valer los derechos de todo el mundo. Los milagros no
obedecen las leyes de este mundo. Proceden simplemente de las leyes de Dios.
Después de esta breve fase
introductoria, espera en silencio la ratificación de que se te ha concedido tu
petición. Has pedido la salvación del mundo así como la tuya. Has pedido que se
te concedan los medios a través de los cuales se puede lograr esto. Es
imposible que no se te den garantías al respecto. No estás sino pidiendo que se
haga la Voluntad de Dios.
Al hacer esto, no estás realmente
pidiendo nada. Estás afirmando un hecho innegable. El Espíritu Santo no puede
sino asegurarte que se te ha concedido tu petición. El hecho de que la
aceptases lo confirma. Hoy no hay cabida para la duda ni la incertidumbre.
Estamos haciendo por fin una petición real. La respuesta es una simple
exposición de un simple hecho. Recibirás la ratificación que buscas.
Nuestras sesiones de práctica más
cortas serán frecuentes, y estarán dedicadas a recordar un simple hecho. Repite
hoy frecuentemente:
Tengo derecho a los milagros.
Pídelos cada vez que se presente una
situación que los requiera. reconocerás tales situaciones y como no estás
dependiendo de ti mismo para encontrar el milagro, tienes pleno derecho a
recibirlo siempre que lo pidas.
Recuerda también que no te debes
conformar con nada que no sea la respuesta perfecta. Si te asaltan tentaciones,
di de inmediato:
No intercambiaré milagros por
resentimientos.
Quiero únicamente lo que me pertenece.
Dios ha establecido mi derecho a los
milagros.
Que DIOS nos Bendiga.
Desconozco su autor.
Tomado de sincrodestino2012.ning.com
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