domingo, 14 de diciembre de 2014

EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD

Por Jossie del Valle Conty

Vivimos en un mundo tan alarmantemente materialista que las Navidades para muchos más que época de reflexión, de despertar a la espiritualidad, es una vorágine de compras,  de fiestas, una lista larga de regalos, muchos gastos y enorme tensión entre la lista de las personas a quienes se les comprara un regalo,  las tiendas repletasen un gentío abrumador gastos y estrés, ¿preguntémonos en que se ha convertido la Navidad? Confuso, agobiante y tedioso ese panorama de Navidad, tan distante y ajeno a lo que en verdad significa este tiempo desde la perspectiva Cristiana auténtica.

Cada vez que pienso en el Niño de Belén,  como fue su nacimiento, en todo lo que aconteció  esa noche del 24 de diciembre  y  su significado y trascendencia para el mundo entero, más contradictoria y sin sentido me parece la actual  Navidad, la de  los países donde todo sobra, donde la abundancia se entrelaza con  un enfoque que nada tiene que ver auténtico  sentido de la Navidad.

El nacimiento de Jesús marcó un antes  y un después en la historia de la humanidad, siendo, lo fundamental, la lección magistral de amor incondicional que nos dejó como el más grande legado y a  su vez la esencia misma de evolución espiritual  en su  estado más puro y elevado: JESUS, LA LUZ DEL MUNDO.


Sería maravilloso que despertáramos de este caos de compras, de  excesos y gastos desproporcionados y nos centráramos en buscar un sentido diferente mucho más profundo y coherente a lo que debiera ser este tiempo de Navidad y sobre todo nos diéramos un regalo especial a nosotros mismos: comenzar a despertar una conciencia de desapego, de ir desprendiéndonos de ese mundo de apariencias, de  tanto materialismo y  de pensar tanto en nosotros mismos, ir soltando el ego y buscar otras Fuentes más elevadas de encontrar felicidad, como puede ser ayudar a otros, dar compañía a quien está en soledad, visitar enfermos, ayudar a quien está en medio de una crisis existencial propia de estos tiempos modernos repleto de problemas y estrés.

Dando es que se reciben las mayores alegrías y las más copiosas bendiciones, cuanto más nos desapeguemos de ese ego que solo  frena nuestro crecimiento espiritual  la espiritualidad , mejor y más Hermosa será nuestra vida  pero sobre todo, nos habremos dado el mayor regalo de Navidad.

 Namasté.

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