Este post surgió de un chat, donde
simplemente hablando de navidad se preguntó su significado, del nacimiento del
Avatar, de Jesús. Y yo desde mi ignorancia, pude ver algo nuevo o algo a lo que
no le daba un valor real. Para llegar allí comencé hacer preguntas y a
contestarlas simultáneamente
¿Quién te creó a ti?
Dios. Un Dios amor, un Dios bondad, un
Dios felicidad, un Dios perfecto. El otro dios que vivimos, que tu vives o
crees, es una inversión social, cultural, religiosa, mental o personal. Ese
dios castigador, de guerras, de mundo injusto, de pecado y maldad, lo has
creado tu, la sociedad. Ese dios solo existe en tu imaginación.
Ese Dios mágico, bondadoso y feliz, está
en tu ser, en tu esencia, en tu interior, no es externo, forma parte de ti, se
refleja en ti, camina en ti, pero está a la espera de que lo escuches, de que
pongas tu atención en lo importante.
¿Y cómo surgió?
Pues muy simple. Dios extendió su amor
y creó a su hijo a imagen y semejanza, un hijo perfecto y amoroso, que como tú,
que como yo, han venido a este plano físico, a mostrarnos la realidad de
nuestro ser. Ejemplo de ello podrían ser Jesús, Buda, Krishna, Gandhi, la Madre
Teresa, San Agustín, etc. Y ellos y muchos otros se diferencian de ti y de mí,
no por lo que han hecho, sino por lo que entendieron.
¿Qué entendieron?
Que eran hechos a imagen y semejanza
de Dios.
¿Y eso qué significa?
Que lo que yo soy, que lo que yo
siento, que mi esencia, es Dios, no mi forma, no mi cuerpo, no el cuerpo del
otro, si mi contenido, si mi alma. Y si mi alma es la de Dios en mi habita la
santidad, por eso no se cambia afuera, por fuera, la forma, el mundo, el mundo
no va a cambiar, cambiamos por dentro, es mejor decir, despertamos, porque tú
eres ya Dios. Dice San Agustín, ¡Dios es Yo y yo soy Dios cuando dejo de ser YO!
Pero que sucede, que no recordamos
eso, que al venir a este mundo y tener la conciencia velada, venimos a vivir
esta experiencia, experiencia que si la entendemos con amor, no desde el dolor,
la rabia, el miedo, la culpa, etc. nos enseñará a recordar lo que somos. Y en
la medida que
Avanzamos comenzamos a recordar, a
darnos cuenta que somos amor, que somos Dios.
¿Y cómo lo hicieron esos avatares?
Sencillo, trascendiendo la forma.
¿Y eso qué significa?
Pues entendiendo que este mundo es un
juego, un matrix, un centro de aprendizaje, un sitio para soltar toda la carga
de miedo y separación que tenemos. Y que lo importante es tu conciencia divina,
que mientras más te apegas a las cosas, las personas, el mundo, los deseos, más
mal
Vivimos, más caos existirá, y más
miedo aparecerá en nuestras vidas. Porque el Amor es la ausencia de miedo.
Pero cuando comenzamos a soltar
(prejuicios, personas, valores, costumbres, hábitos, creencias, ideologías)
comenzamos a recordar lo que somos… y eso no significa que tú te vuelvas un
santo o un iluminado o religioso, que levites o estés predicando en un templo o
convirtiendo gente.
Sigues viviendo este mundo con toda su
locura y gran abundancia, con todo lo que hay, pero dándole su justo valor, un
valor pasajero, que con él o sin él, seremos felices. Porque cuando soltamos,
nos desapegamos, cuando no nos resistimos, nos comenzamos a responsabilizar de
todo lo que ocurre, y al hacerlo nos damos cuenta de que estábamos en un error,
y surge el verdadero perdón, perdón que te libera del lastre y puedes ver el
mundo de otra manera.
Jesús lo hizo, y El, como muchos
otros, trascendieron la forma, compartió con golfos, borrachos, putas,
ladrones, políticos, etc. ¿y qué veía en todos ellos? Lo que el despertó, lo
que él veía en su interior, veía su espejo que era amor. Y ese amor no lo vio
en el cuerpo, ni en la forma, ni en lo mucho o poco que tenía, ni en lo que
hacía o dejaba de hacer, si pecaba o no, no vio culpa, ni infierno, ni maldad
ni bondad. Descubrió la inocencia del otro, descubrió su espejo se descubrió a
si mismo, y por eso no lo juzgo…..vio su inocencia, su santidad,¡ la suya propia!
Y por eso trascendió la forma, por eso se elevó hasta su conciencia Crística. ¡La
conciencia del padre!
Y hoy es importante porque Él ha sido
el mayor exponente de la manera de vivir en paz y tener una vida feliz….hoy
nace, hoy revive su camino, pero no es su camino, es el tuyo, el mío, y si yo
quiero vivir en paz y ser feliz, hoy me acerco a Él y sólo le pido que pueda
recordar quien soy, que me enseñe a liberarme del miedo, que me marque el
camino porque yo no sé andar, porque yo sigo viendo el mundo de otra forma…y El
(que al final eres tu porque formamos parte de la conciencia una de Dios) te
llevará de regreso a lo que tú eres.! ! Y eso es la Navidad, ese es el
nacimiento, tu nacimiento.
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