¿Cuántas veces te has sentido así?… ¿entre
la espada y la pared?….es bien común.
¿Y recuerdas cómo fue que saliste de
esa situación?
Es posible que ni siquiera recuerdes
cómo fue que todo eso pasó, cómo se desarrolló el desenlace de la situación,
cómo fue que, de un rato para otro, esa situación se había diluido casi sin
darte cuenta.
Sentirnos entre la espada y la pared
es algo que nos sucede muchas veces y en muchas áreas de la vida. Algunas veces
lo pasamos muy mal porque nos encontramos en situaciones apremiantes y son las
que mas recordamos. Otras veces simplemente se trata de algo que no tiene tanta
urgencia, pero que nos encantaría poder resolver.
Cuando estamos en urgencia, la misma
situación actúa como catalizador para encontrar las soluciones, la mente se
agudiza por una cuestión de sobrevivencia y se atraen las soluciones más
rápidamente.
Pero cuando la urgencia no existe,
podemos pasarnos muchos años entre la espada y la pared, sin que esa situación
sea resuelta. Si te encuentras en este tipo de situaciones, te diré que aunque
parecen ser inocuas, a la larga, generan un drenado de energía vital. Sin darte
cuenta, vas aceptando que la salida no está en tus manos. Entretienes
pensamientos que justifican ese estado y debes recordar que tus pensamientos
crean tu realidad.
Es bien fácil caer en la trampa de
estas situaciones, por ejemplo, cuando estás en una relación amorosa y tienes
la duda de seguir o terminar porque las cosas no están bien. Si te vas, pierdes
todo lo que tienes en la relación, pero si te quedas lo sigues pasando mal.
Otro ejemplo es cuando quieres hacer
un cambio de trabajo. Si te vas, corres el riesgo de perder lo que ya tienes y
si te quedas, pierdes la posibilidad de algo mejor.
Sentirte atrapado entre la espada y la
pared es algo que puedes experimentar en cualquier cambio que quieras hacer, en
cualquier idea o proyecto que tengas en mente. Tendrás a la mano evidencia que
te dice que ese cambio no es posible, pero tu corazón anhela experimentarlo.
¿Qué hacer frente a esto?
Quiero recordarte (porque ya lo sabes)
que la espada no existe y que la pared tampoco es real. Tu mente te pone al
frente de un camino cortado, pero la vida y el universo no funcionan con
caminos cortados. Para la vida y el universo todo es cambio y todo es posible.
Lo que sucede en estos casos es que la
mente busca evidencia que justifique el miedo al cambio, busca razones para
evitar el movimiento, busca protegerse y quedarse en una zona conocida.
El mecanismo de la mente consiste en
mostrarte todo tipo de evidencia para evitar un riesgo que puede hacerte perder
algo que ya tienes. De esta manera piensas que el cambio te puede traer soledad
o te pueda llevar a un fracaso porque aun no es la hora o porque no tienes el
tiempo necesario para prepararte. Puede decirte que no tienes los recursos, no
tienes los contactos, no tienes la edad, no tienes el dinero suficiente y
muchas cosas más….en definitiva, no tienes la posibilidad. Tu mente te deja
atrapado entre la espada y la pared.
Peo la vida no funciona así. La vida
es puro movimiento, puro cambio y pura aventura. El universo tiene todas las
posibilidades y tú proyectas esas posibilidades desde dentro de ti hacia tu
exterior. Si te permites proyectar espadas y paredes estarás en lo cierto. Si
proyectas el camino despejado también estarás en lo cierto. Todo depende de lo
que elijas proyectar.
Eso sí, tienes que considerar que el
camino despejado es real, mientras que la espada y la pared no lo son.
Si quieres quedarte entre la espada y
la pared, es solo una cuestión de decisión. Tienes en tus manos transar con tu
mente para que te apoye en el avanzar.
Patricia González
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