sábado, 22 de marzo de 2014

Ángel Mahasiah 24 de marzo

Nombre: Mahasiah. “Dios Salvador”.
Coro: Serafines, Ángeles al servicio de Kether-Voluntad.Angel
Lo que otorga:
·       Vivir en paz con todo el mundo.
·       Capacidad para conocer las altas ciencias, la filosofia oculta, la teologia.
·       Aprender todo cuanto se desea con facilidad. (Examenes y oposiciones).
·       Para mejorar el carácter y alcanzar una mayor belleza física.
·       Para combatir las malas cualidades de cuerpo y de alma.
Lección: Liquidar las deudas pendientes que nos unen a los compañeros de ruta en el pasado.
Planeta Neptuno
Sefiráh: Keter
Los nacidos bajo su regencia.
Aprenderá todo fácil y rápido, inclusive idiomas porque trae recuerdos de vidas anteriores. Estará siempre transformando, creciendo y muriendo en otras áreas, tanto en la vida sentimental como en la profesional. Es dotado de gran equilibrio interior, sentido de justicia, generosidad y sabiduría. No medirá fuerzas para crecimiento espiritual tanto suyo como de su familia. Actúa siempre de acuerdo a las leyes sociales o humanas. Es un ejemplo de virtud y su aura puede ser claramente vista entre los hombros y la cabeza. Su verdad está en la razón lógica abortada a través de los estudios de filosofía. Tiene facilidades en trabajar con ceremonia mágicas, para convocar fuerzas espirituales y comunicarse con los ángeles y será un portal del reino angélico. Le gustará siempre estar en centros de meditación, conferencias, congresos y seminarios espirituales. Pero conserva siempre la conciencia cuando practica la espiritualidad. Servirá exclusivamente a su verdad que es la de su Dios. Tendrá tendencia a vivir en forma suntuosa, su casa por hacer ampliar, clara, confortable, repleta de flores y objetos simbólicos. Probablemente contará con una gran biblioteca.
Cita bíblica:
Radiantes están los que a él acuden;
jamás su rostro se cubre de vergüenza.
Salmo 34:5
Mahasiah: “Vitriol, el elixir regenerador”
Dejad que os cuente una hermosa historia que en verdad es un secreto que ha permanecido oculto durante mucho tiempo. Dejad que os la cuente, pues es voluntad del cielo que los misterios sean desvelados.
Hace ya mucho tiempo, un rey de estirpe divina y deseoso de poder, decidió viajar a otras tierras en busca de fortuna.
Durante tres días surco mares y arribo en tierras desconocidas. Llego a la isla del Fuego habitada por gigantescos Titanes. Dejo atrás la isla de las Fuentes, donde las Ondinas danzaban alegres entre las ondas del agua. Y conoció la isla del viento, donde los espíritus encolerizados se mezclaban con la furia de los huracanes y los ciclones.
Pero en ninguna de estas islas logro encontrar lo que buscaba con tanto empeño. Seria al cuarto día, que el vigía anuncio la presencia de una nueva isla. En ella se respiraba paz y armonía, y los corazones se embriagaban de una especia alegría.
El rey Mart se sintió atraído por aquella tierra a la que llamo la isla de los Frutos. Decidió descansar unos días del fatigoso viaje y recuperar nuevas fuerzas, pues no desfallecería hasta encontrar lo que buscaba.
A la mañana siguiente y sintiendo un fuerte apetito, el rey Mart busco algunos alimentos entre los fértiles frutos que crecían en aquellos árboles.
Entonces fue cuando la providencia guio sus pasos hasta llevarle ante supremo árbol. No era como los demás, pues sus hojas eran de oro y sus cuatro frutos, dorados. Tuvo el rey que cubrir sus ojos, pues los rayos del sol se reflejaban en aquellos extraños frutos y amenazaban con cegarle si no dejaba de mirarlos.
-    Ese debe ser el poder que está buscando. Jamás había conocido nada tan hermoso -se dijo el rey muy entusiasmado-.
Pero cuando se dispuso a dar uno solo paso una voz le ordeno:
-    ¡Detente!, ¿como te atreves a alterar mi paz?
El rey quedo inmóvil. Miro a ambos lado y no logro ver a nadie, y ello le animo a intentarlo de nuevo. Aquel árbol tenía tan solo cuatro frutos y tres de ellos estaban muy elevados, tan solo pudo tomar uno de ellos.
-    Has usurpado el poder de los Dioses, el fruto que tienes en tus manos aún no está maduro, por ello serás maldito durante nueve años. Si al final de los cuales no encuentras la Esencia Sagrada Vitriol, perecerás en manos de tu propia ambición.
Pero aquellas palabras no convencieron al rey Mart. Ahora él tenía el poder. Acababa de arrebatárselo a los dioses en sus propias narices y aquello le convertía en más que un Dios.
Tras aquella conquista, el soberano se sintió satisfecho y volvió de nuevo a su país. En él fue recibido como un héroe, sin embargo a partir de aquel día todo comenzó a ir mal en el reino.
Durante tres lunas sufrieron el ataque de pueblos extranjeros que codiciaban el poder que habían adquirido. La paz que un día conocieron se fue fundiendo en el olvido, pues a las guerras sucedieron las epidemias, plagas y otros males del destino.
Recordó el rey que aquella voz le anuncio nueve años de calamidades y su propio final si no conseguía antes la Esencia Vitriol. Consulto con los hombres más sabios y fue Mahasiah, el mago que habitaba en la montaña del águila, quien le desvelo el lugar donde podía encontrarlo.
Tras cinco años de búsqueda, el rey Mart volvió a su reino al que encontró maldito, pero el ya no era el mismo. Había pagado sus deudas con el destino vagando por los polvorientos desiertos. Había pasado hambre y sed, pero ningún manjar podía saciar sus apetitos, al no ser aquel que le permitiera recuperar su dignidad perdida.
Cuenta la leyenda, que el rey sano y logro restituir a la tierra su inocencia primitiva. Devolvió aquel poderoso fruto a su lugar de origen y la paz retorno de nuevo a su reino, que desde aquel día se convertiría en un paraíso.


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