Atributo: Dios alivio de los
oprimidos.
Planeta:
Venus.
Coro
Angélico: Virtudes.
Sefiráh:
Netzaj.
Horario
de regencia: de 19:40 a 20 horas.
Se lo
invoca para:
·
Solucionar conflictos con uno mismo
y con otros.
·
Curar problemas mentales.
·
Atraer fidelidad de los subalternos.
·
Desarrollar talento y virtudes.
Los
nacidos bajo su regencia:
Los
que nacen bajo su influencia se distinguirán en la sociedad por sus talentos y
nobles virtudes. Reúne las más bellas cualidades del cuerpo y del alma. Sabrá
significar sus errores porque entiende que a través de las experiencias es que
construiremos nuestra personalidad. Estará siempre en busca de sí mismo.
Buscando llegar a un ideal de equilibrio y sabiduría. Ser un incansable
trabajador será su principal cualidad. Bajo este Ángel podrá liberarse de su
karma. Sabrá reconocer la mano de Dios en cada detalle de la naturaleza. Desde
niño se distinguirá por su gran madurez y estará preparado para obtener éxito.
Y es cumpliendo sus tareas día a día que estará en paz con su conciencia. Podrá
ser considerado un símbolo de lo que es ser humano en su totalidad, tanto
física como espiritualmente.
Cita
bíblica:
El
Señor está cerca de quienes lo invocan,
de quienes lo invocan en verdad.
de quienes lo invocan en verdad.
Salmo
145:18
MITZRAEL: ‘EL
PRECIO DE LA LOCURA’
La
historia que os voy a contar sucedió hace ya mucho tiempo y a pesar de ello,
aun la recuerdo.
Aconteció
en un lejano lugar, en la comarca conocida como Mermar, que un poderoso monarca
daba una gran fiesta en honor a su único hijo, el príncipe Mitzrael que acababa
de cumplir 14 años.
De
todos los lugares del reino acudieron a felicitar al príncipe en el nacimiento
de su cuerpo emotivo. A partir de ese día, el joven Mitzrael sería responsable
de sus deseos y todo cuanto con el hiciese se iría grabando en su sangre real
para formar parte de su historial particular.
Pronto,
muy pronto, el heredero al trono alcanzaría la mayoría de edad y podría
desposarse con una noble princesa, la cual sería la futura reina.
Con
esa intención vendrían las más bellas doncellas a la fiesta. Intentarían
seducir al apuesto galán, llamando su atención con su mágica hermosura.
El
salón real estaba repleto. Nadie había olvidado asistir al banquete. La música
entonaba melódicas canciones que deleitaban a todos los presentes. Las mesas
estaban servidas con suculentos manjares y todos esperaban con ansia la llegada
del anfitrión el príncipe Mitzrael.
Pero
cuando todo parecía ir bien, algo vino a enturbiar aquella felicidad.
-
Majestad os lo ruego, acudid pronto a los aposentos del príncipe.
El
rey muy contrariado por aquella tardanza, pensó que se trataba de alguna broma
de su hijo, pero pronto se daría cuenta que estaba muy equivocado.
El
joven Mitzrael había enloquecido. Su comportamiento era extraño y muy agresivo.
Se golpeaba la cabeza y amenazaba a sus sirvientes con una espada en la mano.
El
rey viendo el peligro que corría en manos de aquel loco salió huyendo llamando
aterrorizado a la guardia para que desarmasen a aquella fiera.
-
Amarradle si es preciso -ordeno a la guardia -.
Su
orden fue cumplida. Al cabo de unos minutos el joven Mitzrael había sido
desarmado y amarrado. La noticia de la locura del príncipe se extendió
rápidamente y ya era conocida por todos.
Todos
se burlaron del monarca y muchos irónicamente se mofaron de él. No
tardaron en abandonar el palacio, ya nada les retenía en él. ¿Quien se
iba a desposar con un loco? -pensaban todos -.
Aquella
desgracia afecto profundamente al rey, no sabía qué hacer. Hasta que un día
decidió consultar con el hechicero. Quería conocer que le había pasado a su
hijo.
-
Araf amigo mío, invoca la sabiduría de los espíritus, ¿necesito conocer que mal
aflige al príncipe. Por qué se ha vuelto loco de repente?
-¿
Estáis seguro de que queréis saberlo? -pregunto misteriosamente el hechicero -.
-
¿Qué queréis decir? -grito enfurecido el monarca -.
-
Os complaceré si así lo queréis.
Y
diciendo esto, el hechicero invoco a los espíritus. Al cabo de unos minutos
abrió los ojos, acababa de recibir la respuesta.
-
En un tiempo, cuando fuisteis joven anidasteis la locura en vuestro corazón.
Disteis vida al deshonor, violasteis y asesinasteis a niños inocentes, y
creísteis hacerlo en defensa de una causa justa. Ahora esa locura ya es fruto,
y ese fruto es vuestro hijo. Arrancad esa sombra de vuestro corazón y vuestro
hijo sanara.
El
rey reconoció avergonzado que cuanto había dicho el hechicero era verdad, y si
algo le importaba su hijo debía purificar sus sentimientos arrancando de cuajo
la hierba del mal.
En
el más profundo silencio, el rey lucho para vencer la sombra que le perseguía.
Hasta que llego el día en que lo consigues.
El
príncipe Mitzrael se despertó aquella mañana y vio como el Sol brillaba en el
horizonte. Un hermoso futuro le aguardaba. El pasado ya no contaba.
Desde
aquel día, trabajo fielmente al lado de su padre y juntos vivieron una larga y
feliz vida.
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