Independientemente de lo que las
enseñanzas religiosas tradicionales hayan dicho sobre las “subidas y bajadas”
de la vida, estoy de acuerdo con los místicos y sabios de la antigüedad que
enseñaron que el único lugar al que podemos ir es hacia arriba, que la espiral
de la vida conduce siempre hacia el ascenso.
Así me gustaría comparar el viaje de
aquellos que se encuentran en el camino espiritual con el trayecto de un
escalador, pues, aunque la espiral puede ir zigzagueando alrededor de la
montaña, el movimiento es siempre hacia un nivel superior. Sí, existen ciclos y
fuerzas cíclicas y procesos rítmicos, pero forman parte del designio divino
para impulsarnos hacia delante. El relato de la “Caída” bajo el árbol de las
manzanas ha grabado con tal fuerza esas mentiras en nuestra conciencia que
siempre estamos mirando hacia abajo o mirando por encima del hombro para ver
cuándo vamos a ser atrapados por la desgracia. Eso es lo que puede hacer una
programación erró-nea.
Ahora, es probable que te estés
preguntando por qué pareces estar atrapada entre las zarzas del barranco,
cuando la ley que dice claramente “arriba, arriba, adelante” es la Verdad de la
Vida. Por lo general, las dos razones principales son:
a) No estás siendo consciente de que
la espiral te ha de llevar de una expansión de conciencia hacia otra, y luego
otra, hasta alcanzar la cima de la montaña de la iluminación, y, sin tener
conciencia de este principio que gobierna la vida y de la forma en que opera,
el mandato, simple-mente no se aplica; y
b) Te imaginas tan culpable de haber
cometido alguna acción equivocada que sientes, quizás inconscientemente, que
mereces alguna forma de castigo. Al aceptar la omnipresente energía del Perdón
Divino que está constantemente presionando sobre nuestra consciencia, y al
perdonar a los otros, y a ti mismo por las posibles equivocaciones del pasado,
lograrás transmutar la culpa y suspender la sentencia.
Sólo recuerda que en tu vida eterna
nunca has cometido un error. Lo que hiciste en esa época fue siempre
conciencia-en acción, y realmente no tuviste otra posibilidad de elegir salvo
la de hacer lo que hiciste, debido a que en esa acción era donde tú eras
conciencia. La Ley de la Conciencia siempre está representándose a sí misma en
el exterior, y siempre ha estado cumpliéndose a través de sus actos de
pensamiento, palabra y deseo. Por lo tanto, tus acciones han sido perfectas,
independientemente de las obligaciones kármicas en que hayas incurrido.
Examinemos más detenidamente los
ciclos de la vida. Tu divina conciencia, la Realidad que tú eres, tiene sus
propios latidos, sus propias vibraciones y sus propios ritmos. Al ajustar tu
mente y tu naturaleza sensible a las vibraciones particulares de la pulsación
de tu alma, por medio de meditar, escuchar y vivir la vida espiritual, tú
puedes situarte por encima de las colinas y valles de experiencia
tridimensional. Continuará habiendo períodos de intensa actividad, seguidos por
interludios de viajes interiores para asimilar las divinas impresiones, pero
pronto te moverás más allá de la sensación de dualidad que te trae esas idas y
venidas de la salud a la enfermedad, de la abundancia a la carencia, de la
armonía al conflicto, de la alegría a la tristeza.
El problema para la mayoría de
nosotros, radica en que enfocamos casi exclusivamente nuestra atención en el
mundo objetivo – el mundo de los efectos – y olvidamos que el propósito de
nuestra vida es concentrarnos en la ascendente espiral de la conciencia, es
decir en la Causa. Cuando entramos en períodos de aparente inactividad en la
vida exterior, en los que podemos pensar que atravesamos tiempos de sequía y
que no estamos haciendo nada satisfactorio, debemos recordar que la espiral de
energía está, simplemente, disminuyendo el promedio de sus vibraciones para
moverse luego hacia un nuevo y más elevado nivel de actividad.
Incluso cuando nuestras vidas parecen
pasar por un período restrictivo, no existe ninguna razón para preocuparse y,
en particular, no debemos permitir que las atemorizadoras películas de horror
sobre “lo que podría suceder” comiencen a proyectarse en nuestra mente. Tenemos
que aprovechar esos momentos para recordar la espiral y tener en cuenta que el
Poder está concentrando sus fuerzas para dar un poderoso salto hacia una nueva
actividad en la que encontraremos mayores bienes, y también tenemos que
utilizar nuestra imaginación creativa (la “imagen más clara”) para ver sólo la
satisfacción y el cumplimiento en todas las áreas de nuestra vida.
Sólo durante esos momentos de intensa
actividad exterior sabemos que la pulsación del alma se ha incrementado para
revelarnos un nuevo ciclo de experiencias y de crecimiento, y , algunas veces,
un extenuante esfuerzo de edificación y de desarrollo hacia un mejoramiento de
nuestra calidad de vida.
Cuando la totalidad, la prosperidad y
la armonía se representan en el exterior, sabemos que estamos en el ritmo del
Espíritu y que estamos siendo llevados hacia niveles aún más elevados de
experiencia celestial. Pero cuando la forma que adopta nuestra vida nos llama
la atención con señales de enfermedad, insuficiencia y conflictos, eso significa
que hemos abandonado temporalmente la curva de energía – nuestro diseño de
vida- y que estamos girando dificultosamente en el espacio vacío que circunda
el camino de la espiral.
Al Ángel de los Ciclos y las
Soluciones nos ayuda a retomar nuestro camino. A menos que esa energía se
encuentre bloqueada por la acción del ego que proyecta sobre él pensamientos
cómo “es demasiado bueno para ser verdad”, “lo bueno no puede durar”, “sólo sé
que algo malo está por suceder”, este Ángel te ayudará a mantenerte firme en tu
camino, independientemente de lo que esté sucediendo en tu mundo. Y su ayuda,
frecuentemente, se presenta como un estimulo para que cambiemos nuestras
actitudes, para capacitarnos para sentir cómo nuestro camino vuelve a
inscribirse en la corriente de energía, para reconectarnos mentalmente con el
Maestro que mora en nuestro interior, y para recordar que hemos emprendido un
viaje en la conciencia.
También nos brindará la inspiración
para que volvamos a entregarnos a la Presencia que nos habita y para que
permitamos que la omnipotente Causa se haga cargo de los ciclos de nuestra
vida. Además se encargará de imprimir en nosotros el conocimiento interior de
cada una de las vueltas ascendentes de la espiral que nos llevará a una
expansión de la conciencia, nos revelará las soluciones de los problemas que
experimentamos en la curva descendente y nos acercará a la perfección última.
Esta energía del Ángel de los Ciclos y
las Soluciones, que es de aplomo y confianza, junto a la creencia en un futuro
positivo, te permitirán aceptar los cambios sin temor y enfrentar los ciclos
expansivos con mayor intrepidez y confianza en sí mismo. Recuerda que el cambio
forma parte del orden natural de las cosas, lo cual significa que los cambios
en nuestros trabajos o en nuestras profesiones, los traslados de un lugar a
toro, las reorganizaciones grupales, los cambios en el estilo de vida familiar,
el cambio de compañero, y muchos otros, son el resultado de los impulsos
cíclicos. Estos cambios deberían ser aceptados desde el punto de vista de quien
está en el camino espiritual y sin experimentar absolutamente ninguna clase de
temor.
En un sentido muy real, el Ángel de
los Ciclos y las Soluciones nos toma de la mano y, en cada punto de
intersección del arco descendente, nos conduce gentilmente a través de las
curvas del camino, nos ayuda a enfrentar los desafíos y a solucionar los
problemas del ciclo anterior. Estas soluciones se nos revelan al demostrarnos
claramente que, en primer lugar, el problema nunca ha existido como tal, sino
que es una creación equivocada de nuestra mente. Cuando la energía de los
problemas es dejada de lado, la apariencia del problema se desvanece por sí
sola. Si esta energía es proyectada hacia fuera por un ego hiperactivo, nos
volvemos egoístas, vanos y pomposos, y ocultamos nuestro miedo al futuro tras
la máscara de la arrogancia. Nuestra vida continúa encaramada en la “montaña
rusa” y seguimos dedicando la mayor parte de nuestra atención a la “seguridad”
y a conservar el status quo.
Este Ángel le manifestó al autor que:
“Durante sus visitas al Planeta
Tierra, la gente construye una morada particular situada en su conciencia. En
ese lugar tienen un nombre, un cuerpo y un cúmulo de experiencias superpuestas
y desordenadas al que llaman vida. Su lema, “Hazlo lo mejor que puedas”,
significa que deben aprender cómo vivir con las cartas que han recibido y que
deben ser todo lo felices que puedan durante su permanencia en esa tierra
extraña.
“Así, desarrollan zonas de comodidad,
de satisfacción, de seguridad, junto a ciertas expectativas, es decir una serie
de comportamientos en los que se sienten en su casa. Pero el Universo no sabe
nada de compartimientos. El yo no puede ser confinado a un espacio finito. Su
extensión es infinita y su Autosatisfacción no puede ser negada, y esa es la
razón por la cual nos incita a no ser poseídos por nuestras posesiones, a no
solidificar nuestras vidas, sino a mantenerlas abiertas y a estar preparados y
listos para el cambio, pues su verdadera naturaleza es el cambio y seguirá su
camino a pesar de todo.
“La personalidad debe adecuarse a
recorrer ese camino, a ser flexible, maleable y a seguir el camino del Yo que
conduce a través del laberinto. El YO SOY abre el camino hacia el futuro
llevando la lámpara de la Verdad, que refleja el verdadero significado de la
vida y ese es el significa-do del versículo de la Biblia que dice: “YO SOY el
camino, la verdad y la vida”. Todas las almas deben alcanzar ese punto de confluencia
en que deben estar dispuestas a recibir, de un momento a otro, la noticia de
que deben venderlo todo, de que deben arrancar sus raíces de todo lo que es
conocido y confortable, en que deben decir adiós a la familia y a los amigos, y
avanzar hacia nuevos horizontes, incluso si en ese momento no pueden
avizorarlos. Pero yo puedo, y ayudaré a to-dos a seguir la Luz.”
FINALIDAD: Desarrollar la habilidad
necesaria para aceptar los cambios y para ingresar en ciclos de expansión con
la actitud de que nada malo puede ocurrirnos y que siempre encontraremos el
bien absoluto; también se lo llama la Energía de los Milagros.
Rasgos negativos que pueden
presentarse a partir de las proyecciones del ego: egoísmo, vanidad y
pomposidad; la arrogancia utilizada como una máscara para encubrir el temor al
futuro; la vida es una montaña rusa de felicidad y desesperación.
Su energía resulta bloqueada debido a:
el miedo inconsciente a que algo “malo” esté a punto de suceder; la exagerada
atención a la seguridad y al status quo; la creencia en la dualidad del bien y
el mal.
Fuente Del curso de Ángeles que dicto
María Elena Syro
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