Yo soy el ángel de América. Soy el que
trae el mensaje de amor, paz y verdad a las naciones del nuevo orden cósmico.
Yo soy el ángel de la extraña luz
porque me verán con el color del cielo en día de tormenta, pero no te
confundas, no soy agorero de malas noticias. Soy el ángel que lleva y trae
información entre el cielo y la tierra, soy el ángel que ha venido a América a
anunciar el nuevo día.
¡Alégrate porque Dios está aquí! Su
perfume se esparce en las montañas y en los valles, en los ríos y los océanos,
en las cataratas y en los bosques, en los pueblos y en las ciudades.
¡América, Dios te ha reservado para
sí!. A pesar de tanta angustia, de tantas tristezas y dolores, de aflicciones y
postergaciones, el nuevo día ha llegado. ¡Es el tiempo del amor y la paz! ¡Es
el tiempo de la verdad y hermandad! No continúen ofendiéndose entre hermanos,
pues el destino es común, no vivirán en otra América que no sea ésta.
Yo soy el hacedor de sueños, el que
cumple los deseos siempre y cuando estén en armonía y concordancia con el plan
de Dios, no con el de jurídicas propuestas religiosas. No reconozco más que una
sola religión: la del Altísimo, pero todas las religiones serán contempladas y
aceptadas, por ellas es que en la búsqueda de la verdad pasarán por matices
diferentes y todos esos matices deberán unirse y formar un arco iris entre las
estrellas, porque la señal de la alianza no partirá ahora de Dios, sino de los
hombres, son ustedes quienes deberán trazar con luz un arco de fe y amor en el
cielo, y ello debe verse hasta Su Trono, allí deberá estar todo el conocimiento
de los siglos, aún cuando hayan sido tan distintos entre sí. Ahora es el tiempo
de la unión y la reconciliación, porque la responsabilidad ahora es de humanos.
No es mi misión juzgar ni condenar,
tan solo llevar información de las acciones humanas y trazar el camino para
Alguien más grande que yo. El sueño de los santos se ha cumplido y el mar
devolverá lo que guardaba, la verdad saldrá de las bibliotecas en documentos
deliberadamente olvidados y la tierra te mirará.
He aquí que los hijos de aquella mujer
vendrán a heredar el derecho, el amor y la paz. Ya no más contiendas ni
perspicaces estrategias para dominarse, pues esa fue la idea del que decidió
imponerse por la fuerza desde las sombras y con lenguajes cizañeros, más esto
se terminó. Ahora es el tiempo de tomarse de las manos y comprenderse. Ninguno
es mejor, arriba o abajo, no existe posición espacial que los mejore, en el
universo no existe un norte o un sur, pues la mejora y la superioridad está
adentro, recorriendo montañas, ríos y valles, bosques y pampas, no está afuera,
está dentro de ustedes porque de esta tierra se han alimentado.
Ámense y ayúdense, pues la fuerza los
está acompañando, no dejen que se hable mal de sus hermanos, no los dejen caer,
ni tampoco hablen mal entre ustedes de ustedes mismos, ni pretendan dominar al
vecino, solo la unión hará la fuerza y la fuerza cambiará el rumbo. De las
deudas históricas, déjenlas en manos de Dios, pues ya están siendo revisadas,
ocúpense aquí y ahora de trazar el nuevo rumbo que solo se concretará a través
de la unión y la verdadera libertad, la cual no es otra que aquella que
respeta, antes que nada, la manifiesta presencia de Dios en la tierra a través
de su Creación. El cielo, el mar, las aves, los animales, los árboles, las
plantas, ríos, montañas nevadas y blancas playas, en el calor del caribe o en la
helada patagonia, algo crece y vive, tiene conciencia, ama y ríe como tú, es la
conciencia de Dios desplegándose en toda su extensión.
Edúcate y educa, gratis si fuera
necesario, pero no dejes que nadie deje de conocer y aplicar la verdad a cada
paso en la historia. Eleva la bandera del amor y unifica colores a través del
pincel manejado con comprensión y armonía. No tengas miedo de perder identidad
porque será ganada la batalla ante la soberbia y altanería impuesta por
ilusorias formas de poder que intentan convencerte que podrás dominar a los
demás mientras a tu hermano le dicen lo mismo. Eso no es verdad y tan solo el
que divide tiene el poder, mientras se continúe con esa cadena, no cambiará
absolutamente nada y todo marchará a la perdición. Más esto no sucederá porque
ya está sentada la base para el gran cambio, tan solo es cuestión de comenzar
con vos, cuando se tiene verdadera identidad no se tiene miedo a confundirse
con un extraño porque ya no son extraños.
¡Alégrate porque el nuevo día ha
llegado! Desperézate y comienza a andar, deja los sueños perdidos y no los
busques más, construye un nuevo sueño, levanta los cimientos para la Gran
Mansión de la cuarta dimensión, no te preocupes de mejorar en comparación con
los demás, ocúpate de mejorar lo hecho por tus propias manos.
Yo no soy el portador de noticias
siniestras que sucederán en el mundo, no es mi misión, eso es parte
de otro plan que no corresponde con el
de Dios, pues por el manejo del miedo y la culpa serán otros los que intentan
beneficiarse. Yo soy el ángel del amor, la paz y la verdad, el que te dice que
es preferible que te identifiques y creas en la posibilidad de ser un ángel
antes que te creas e identifiques con héroes de tinta y cartón que solo
promueven el culto al egocentrismo, la altanería, la vanidad y el egoísmo.
Ríete junto al día y lanza un canto de
esperanza, únete a tus hermanos y comparte la dicha de ser en la mira del
centro universal uno con Dios. Pinta tu pueblo, tu ciudad, tu casa, con el
mejor color que tu corazón sienta, conserva y disfruta lo que te ha sido
legado.
¡América, Dios te ha reservado para
sí! Recuerda siempre que la mejor manera de combatir el mal es un enérgico
progreso en el sentido del bien. De esta manera avanzarás sin mirar a tus
costados para ver qué hacen los demás ni te enredarás en problemas que no
tienen ya solución. Avanza y levanta a tu gente para avanzar hacia el destino
de superación y realización en la Gran Obra de Dios.
© Miguel Ángel Arcel
Dedicado a todos y a cada uno de los
países de América