Atributo: Dios esperanza de todos.
Planeta: Júpiter.
Coro Angélico: Dominaciones.
Sefiráh: Jesed.
Horario de regencia: de 12:20
a 12: 40 horas.
Se lo invoca para:
Protegernos contra las armas de fuego.
Descubrir la verdad y proteger las
obras espirituales.
Los nacidos bajo su regencia:
El que nace bajo su regencia servirá a
Dios a través de su gran inteligencia y conciencia adquirida a través de
estudios, principalmente como autodidacta. Su sabiduría será utilizada por Dios
para la unificación de las religiones, formando una religión universalista.
Resolverá problemas de todas las personas utilizando su prodigiosa intuición.
Defenderá acaloradamente las libertades individuales y luchará con el
preconcepto. Tendrá gran facilidad en aceptar muchas cosas que para otros
resultan sorprendentes o incomprensibles. Se sentirá atraído por personas
excéntricas pero detestará la posesividad. No le gusta nada precipitado como
tampoco cambiar planes preestablecidos. Luchará con las personas que
cultiven la baja mafia y defenderá lo
divino con la más poderosa de las armas: la verdad. Su misión en la tierra es
elevar al ser humano.
Cita bíblica:
Ya que has puesto al Señor por tu
refugio, al Altísimo por tu protección.
Salmo 9:9
HAAMIAH: “EL FUEGO DE LA ETERNA
VERDAD’
El reino de Marve había caído en
desgracia. Su rey ya no podía gobernar con sabiduría, pues la Llave Sagrada
custodiada por los Doce Ancianos había desaparecido misteriosamente dejando
desamparados a todos cuantos habitaban y dependían de aquel Poder.
Desde ese día tan desafortunado, la
Luz que les guiaba se difundió de tal forma, que quedaron presos de la
oscuridad, y aquello solo podía significar una sola cosa, la perversión.
Amparados por el poder de las
tinieblas, las criaturas de las sombras surgieron de los abismos infernales y
quisieron gobernar aquel desdichado reino.
La batalla era enérgica pero desigual,
ya que los soldados de la oscuridad formaban legiones y eran hábiles guerreros
expertos en matar.
El rey Blumir se sentía impotente ante
tal situación. Sus hombres aunque eran valientes, estaban en desventaja ante aquel
ejército de asesinos. No sabía qué hacer, sus consejeros no encontraban la
Llave del Poder, pero aún quedaba una solución. Era prácticamente imposible
conseguirlo, pero debían intentarlo, y con este propósito se reunieron con el
rey.
-Rey Blumir debemos actuar -comunico
uno de los ancianos -. Existe una posibilidad de poner fin a la invasión de las
Sombras, pero sabed que la empresa es peligrosa, muy peligrosa.
-No importa lo grave que sea el
peligro. Escoged al hombre más valiente e instruirle en su cometido -dijo el
rey -.
-Sabed Majestad que no ha de ser el
hombre más valiente, sino el más puro -dijo el anciano -, y ese hombre es
vuestro hijo.
El rostro del rey Blumir se transfiguro,
pero sabia que no debía dejarse llevar por los sentimientos y asintió ante
aquella petición.
El hijo del rey Blumir, el Príncipe
Virtud, fue informado con todos los detalles de los peligros de la misión.
Debía encontrar el Fuego de la Eterna
Verdad, y para ello debía encontrarse con el Oráculo Haamiah. Si conseguía
responder a sus enigmas, habría conseguido su propósito, pero si no lo
conseguía debía pagar precio con su vida.
Al cabo de tres días de marcha, Virtud
llego al templo donde se encontraría con Haamiah.
-Pasa muchacho, te estaba esperando
-le invito una voz desde el interior -. No debes perder más tiempo pues tu
pueblo agoniza en manos de las Sombras.
Apenas había salido de su asombro el
joven Virtud, cuando ya le estaba planteando la primera y única pregunta.
-A través de mi los misterios se
revelan a la inteligencia y los hombres pueden contemplar la Magia de la
Creación. Para descubrir mis secretos, hacia donde has de volver tu faz, al
Norte, al Sur, al Este o al Oeste?.
Virtud quedo pensativo. Reflexiono
cuidadosamente y busco en su interior una respuesta, y tras esa meditación
contesto:
-Hacia el Este sabio Oráculo. La Luz
de la Vida nace todos los días por ese punto y en el todo tiene su principio y
no su fin, es la Eterna transmutación.
-La sabiduría habla por tu boca
muchacho. Recibe el Fuego de la Eterna Verdad y ve presto a tu reino, pues ante
este Poder nada podrá el mal.
Así fue, como el reino de Marve venció
a las tinieblas, y desde entonces todos los días de su vida dirigirían su faz
hacia el Este, donde cada mañana el Sol despuntaba levantando el Castillo de la
Verdad.
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