Atributo: Dios que
libera del mal.
Planeta: Urano.
Coro Angélico: Querubines.
Sefiráh: Jojmá.
Horario de regencia: de 7: 20 a 7: 40 horas.
Se lo invoca para:
Realizar nuestros deseos.
Protección en actividades políticas y públicas.
Recibir abundancia por nuestro trabajo.
Protección contra armas y asaltos.
Potenciar el efecto de plantas medicinales.
Cita bíblica:
El Señor te cuidará en el hogar y en el camino, desde ahora
y para siempre.
Salmo 121:8
Los nacidos bajo su regencia:
Es absolutamente correcto, gusta de ver todo colocado en
orden. Nunca deja de lado lo que es su deber. Tiene dominio sobre la
comunicación. Expresa con claridad sus sentimientos, aunque a veces pueda ser
tímido e introvertido en un primer contacto. Tiene fuertes premoniciones. La
filosofía espiritual lo atrae. Pudiendo ser un iluminado. Será audaz, capaz de
emprender expediciones peligrosas y trabajos exóticos. Será ecologista activo,
experto en plantas curativas. Tendrá una extraordinaria intuición para conocer
los problemas de las personas y sus secretos más íntimos. Ayudándolos a
resolverlos con los secretos de las plantas. El
cree que Dios está verdaderamente presente en la naturaleza.
MELAHEL: ‘LAS PLANTAS CURATIVAS’
Los padres de Ángel se encontraban ya al borde de la
desesperación. La enfermedad que padecía su único hijo les estaba consumiendo
mentalmente.
Habían consultado a los mejore médicos de la ciudad y a
pesar de ello, su hijo no encontraba mejoría alguna. Ya no sabían que hacer, ni
a donde acudir. Las pocas esperanzas que les quedaba estaba agonizando.
Su madre -mujer de profunda fe -, no dejaba de rogar a Dios
por la salud de su hijo. Veía que la vida se le escapaba y su impotencia al no
poder evitarlo la hacía sufrir profundamente.
Una mañana, llego inesperadamente al pueblo un viajero que
por su indumentaria llamo mucho la atención. Su único equipaje era un hatillo,
pero su contenido debía de ser de gran valor para el recién llegado, puesto que
lo custodiaba cuidadosamente.
Muy cerca de la plaza, donde habitualmente se reunían los
vecinos del pueblo. El viajero pudo oír una conversación que le causo una
extraña sensación.
Aquellas dos mujeres comentaban la tristeza de Doña Marta,
la madre de Ángel. Pudo conocer que su hijo se encontraba enfermo desde hacía
meses y que su mal era un misterio para los médicos, pues estos, no habían
conseguido curarle, y mucho temían que fuese a morir.
Nada más conocer aquellos detalles, no pudo evitar
entrometerse en la conversación.
-Señoras perdonadme. Sin querer he podido oír lo que decían
acerca de un niño enfermo, y me gustaría hacerle una visita. Podrían decirme ¿dónde
vive?
Ambas señoras se sorprendieron y mirándole de la cabeza a
los pies, sintieron desconfianza, sin embargo. Cuando sus tiradas se cruzaron,
aquellos ojos claros disiparon toda duda.
-Si buen hombre, vive al final de esta calle.
Y sin demorarlo más, aquel extraño se dirigía ya a cumplir
con su objetivo.
Llamo varias veces a la puerta y fue recibido por una señora
de aspecto triste.
-¿Es usted la madre del niño enfermo? -pregunto el
misterioso viajero -.
-Sí, pero usted, ¿quién es Como lo sabe?
-No debe alarmarse. Soy Melahel, un humilde viajero que está
de paso y que quiere ayudarle, si me lo permite claro.
-Y, ¿cómo podrá hacerlo? ¿Acaso es usted medico? -interrogo
sin mucha confianza la madre -.
-Una voz en mi interior ha guiado mis pasos hasta este
pueblo. Me decía que tomase estas hierbas medicinales pues servirían para
devolver la salud a alguien, y creo que esa persona es su hijo.
Aquellas palabras tuvieron un don milagroso. Pues le había
devuelto una chispa de esperanza, y no sería tan solo eso, pues aquellas
hierbas curaron definitivamente a su hijo. La dicha seria completa.
Desde aquel día todos recordarían al extraño viajero, del
que aprendieron las propiedades curativas de las plantas y sus maravillosos
efectos.
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